Duendes en los Yungas

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Hace más o menos dos años, cuando tenía 17 y estaba en mi último año de colegio, me fuí de viaje con toda mi promoción a lo que se conoce en mi colegio como el «Trabajo Social». Esta actividad consiste en viajar a pueblos de bajos recursos en Los Yungas (La Paz – Bolivia) y hacer labor social, como construir carreteras, acueductos, etc. Y Bueno, lo que pasa es que me encontraba, junto a mis compañeros, en un pueblo conocido como Marquirivi, que está ubicado en una zona montañoza bastante alta (como las hay muchas en La Paz) y que, como en muchos pueblos yungueños, se llena de neblina por las noches. Un día de esos me tocaba levantarme en la madrugada para prepararle el desayuno a los demás, y así lo hice, junto a 2 compañeras mías, a eso de las 4:30 o 5 de la mañana para que todo estuviera listo para las 7. Lo extraño comienza acá. Esa noche me levanté antes que nadie y primeramente me fui al baño (o bueno…una especie de baño) a…bueno…se podrán imaginar (…) y cuando estaba en medio de eso, escuché una voz conocida que decía «hermano» que venía desde el baño de las chicas, que es taba separado del de los chicos por sólo una pared de adobe (que es una especie de ladrillo de barro). Le respondí con un «hermana?», ya que imaginé que se trataba de una de mis compañeras que solía llamarme así, pero esa voz seguía pronunciando esas mismas palabras. Ese momento me di cuenta de que la voz que escuchaba era la de una chica dos años menor que extrañaba mucho y que…bueno…era una especie de amiga/casi novia, y por eso decidí seguirla, ya que era imposible que ella estuviera en los Yungas en ese momento. Pero justo cuando estaba por ir tras ella, una de mis compañeras me habló y me preguntó donde iba, y no supe responder. Después prepare el desayuno y todo bien. Al día siguiente, mientras trabajaba junto a un comunario, le comenté lo que había pasado esa noche, y me dijo algo que, aunque no me crean, más que asustarme me cuestionó acerca de mis sentimientos hacía esa chica . Me dijo: «Joven, los duendes saben aprovecharse de los vulnerables, como borrachos, niños, o alguien no muy alerta o conciente (como alguien que estaba más dormido que despierto por levantarse de madrugada). Los tientan o engañan con LO QUE MAS QUIEREN o desean en ese momento, y hacen que se lancen a barrancos, se pierdan en la niebla y se mueran de frío…» Y bueno…ese día me di cuenta de que lo que más quería era a ella y al llegar del viaje…bueno…sólo digamos que la historia tiene final feliz, aunque cada que la cuento alguien se asusta Gracias por leer

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