Hace tiempo tenía depresión.
La verdad era cobarde, así que jamás me suicidaría, sin importar lo asquerosa que fuera mi vida; así que decidí ocuparla en algo productivo.
Se me ocurrió jugar rituales. Creo que es lo más estúpido que he hecho en toda mi vida. Al principio no pasaba nada, pero en el fondo creo que con el tiempo todo sale a flote.
Ahora, por mi estupidez, mi hermano está inválido, todo por jugar Verónica en la escalera.