El Agujero Y La Señora

Bueno mi experiencia comenzó cuando tenia 6 años de edad. Mi madre y yo fuimos de visita a la casa de mis abuelos. Un día amanecí con ganas de jugar con mis primos, que también venían de visita… mis primos y yo decidimos jugar en un terreno que quedaba al frente de la casa de mis abuelos. Jugamos al escondite (Mi juego favorito), una prima le tocó contar, mientras mis otros primos se escondías siempre juntos, en cambio yo escogía mi lugar (escondite), vi una especie de agujero en la tierra…pues, allí me metí, lo bueno es que era un escondite genial, pero lo malo es que no podía salir, porque yo era pequeño, no tenia la altura necesaria.
Me dí cuenta que pasé mucho tiempo allí metido, así que decidí pedir ayuda,grite,grite: «Primos están?¡, Saray (prima) me puedes escuchar?¡, mamá me escuchas?¡, hooolaa.¡»

Ví hacia arriba y note una sirueta, un espectro de una mujer casi mayor, tenía una bata o vestido blanco con flores.
-Le dije: «señora me puedes sacar de aquí, es que entre en este agujero, en este ollo y no puedo salir».
-La señora me respondió con una voz gruesa:» niño que haces ahí metido?, te sacaré, pero si te vuelvo a ver en ese lugar, te juro que te entierro vivo», y se puso a reír como, con una voz aguda y tenebrosa (no puedo describirlo muy bien).
– y esta vez le dije con mucho temor, obviamente: «gra-gracias, señorita, se lo pro- prometo no me vuelo a me-ter a-a-allí»
-y esta vez me respondió con una voz dulce y delicada (no la entendía):» de nada, pero ya sabes si te vuelo a cachar estando allí……..», y me puso una sonrisa, algo macabra.

Salí corriendo a decírselo a mis primos: » Primos, no me oyeron, cuándo les grite, que me ayudaran?» y me respondieron: «A qué, te ívamos ayudar?». Y les conté lo sucedido y no me creyeron, no les quise decir ami madre, ni a mis abuelos porque también creí que no me ivan a creer, así que decidí no decírselos. Me paré, voltié mi vista hacia el terreno donde estaba la señora… y la ví en ese lugar parada… haciéndome un gesto de apuntando, tinteando su cabeza, como que dijera:»Acuérdate de lo que te dije».
Y así terminó mi experiencia… y también terminó mi costumbre de esconderme solo. =)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La moderación de comentarios está activada. Su comentario podría tardar cierto tiempo en aparecer.